martes, 29 de julio de 2008

Pa' mezclas extrañas.

"Aquel que causa daño a otros se daña a sí mismo;
Aquel que ayuda a otros se ayuda a sí mismo aún más.
Para encontrar el Camino puro, el Sendero de Luz,
Abandona la falsedad de que tienes un ego."

Buddha.


Kannazuki no Miko (神無月の巫女, lit. Priestesses of the Godless Month)

Mi mami solía decirme que si no tenía nada bueno que decir, mejor que no dijera nada. Sin embargo es necesario hacer una excepción esta vez. Creo que como todo buen ciudadano, es mi deber cívico hacer este comentario antes de que algo extraño ocurra.

No sé cómo le hice para ver esta cosa. Pero aun cuando no me arrepiento, pues como todo buen otaku hay que ver de todo, lo bueno y lo malo, porque si uno no ve lo malo, tampoco será capaz de distinguir lo bueno. Y conste que no soy muy exigente… Bueno… Intento ser tolerante y comprensivo.

Himeko-chan.

Comenzare citando una frase acuñada por algunos otakus hace algunos años. “No cualquiera puede hacer un buen anime de mechas”. Y con la experiencia uno aprende que no importa si hay acción espectacular, monstruos gigantes, o invasores del espacio. Simplemente se necesita talento, y un vivido concepto de mecánica, y definitivamente una buena historia (no importa que la excusa sea mala).

Desde mi perspectiva como akiba-chan cualquiera, la serie cuenta con una trama bastante dramática (demasiado). La protagonista principal, Kurusugawa Himeko (来栖川 姫子), resulta ser un personaje bastante cute; aunque su falta de autoestima solo llega a recordarme los peores días Ikari Shinji de Eva. El diseño del resto de los personajes está moldeado en una especie de círculo vicioso (o un cuadrángulo macabro) donde a casi todos parece que les ocurre algo (ni la vida real es tan dramática) y dejan muy poco espacio para el humor. En una percepción personal, uno esta tan abrumado por la deprimente situación de los protagonistas que cuando alguien intenta ser objeto de una broma, el aliviane resulta ser muy poco. En fin...

Cikane-san y Ogami-kun.

La historia se desarrolla alrededor de un triangulo amoroso que se deforma en una especie de polígono extraño y complejo. Tras miles de años los dioses de la destrucción, Orochi, han despertado y con ellos el mundo se encuentra una vez más sobre la delgada línea del destino que amenaza con romperse. Kurusugawa Himeko y Himemiya Chikane (姫宮 千歌音) son dos muchachas de preparatoria que han sido destinadas para convertirse en las doncellas del Sol y la Luna respectivamente, y su deber es detener a los Orochi para salvar a la Tierra.

En el camino Oogami Sooma (大神 ソウマ) , uno de los Orochi, resulta estar enamorado de Himeko y se convierte en su guardián personal; resistiendo al llamado del destino que le carcome las entrañas y devora su alma lentamente.


El diseño de los me recuerda bastante al diseño de mechas de Gundam. Y ya que lo veo con un poco de calma también a algunos robots de series clásicas como Raideen, e incluso algunos de los monstruos de series de acción live-action como los Power Rangers y Kamen Raider.

En general el trabajo en la música es muy decente, no me puedo quejar de él. La música resulta bastante agradable y bien lograda. El trabajo de animación también resulta aceptable, y para los que no prestan mucha atención a las cuestiones dramáticas hay un poco de fan service.


Por lo general no diría algo así, pero no recomendaría mucho esta serie como un elemento que no pueda faltarle a cualquier otaku. Aunque la historia me recordó bastante a Mai Hime, diría que el atractivo de esta serie está en el morbo de ver una serie de mechas con una relación un tanto lésbica.

2 comentarios:

ashwin dijo...

which anime are the above snaps from.......sorry cant get yer language
:P

+Su dijo...

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Kannazuki no Miko (神無月の巫女, lit. Priestesses of the Godless Month)